Es usual que en tiempos veraniegos las actividades cotidianas se vean sustancialmente modificadas. Quienes salen de vacaciones a la playa por ejemplo, reemplazan la ofi, la tarjetita y la ensalada en táper por las gambas clavadas en la arena, la llavecita del hotel y un buen choclo playero, de esos que comés mientras se te caen las lágrimas de lo delicioso que está.
En fin (?), los recesos, los días más largos y las temperaturas altas hacen que las rutinas, las vestimentas, las comidas y los planes cobren una forma totalmente diferente a la que poseen en el resto del año, cuando las obligaciones mayores toman lugar. Sin embargo, es menester destacar que algunos factores se mantienen inamovibles: Seguís gastando guita para circular, precisás tirarte un rato a dormir para recobrar energías y le seguís dando full-time al mate, como si estuvieras en la cocina de tu casa. Dejándonos llevar por el sentido común de estos factores constantes, nos sumergimos en el terreno del fútbol.
El fútbol de verano –de más está decir- tiene un componente mucho más leve y desinteresado que el fútbol profesional durante el resto de la temporada. Son amistosos con peso mosca que nos sirven a los hinchas para despuntar el vicio ante la ausencia de la redonda durante aquellos meses, y a los entrenadores para foguear juveniles y dar minutos a refuerzos. Se juegan clásicos que perduran en nuestra memoria por un tiempo limitado: Si no es por puntos, la cosa pasa a un segundo plano. Pero… Hay factores que no entran en discusión. Queremos ganar. Y para ganar hay que hacer goles. Sea verano, otoño o invierno, en Avellaneda, Mar del Plata o Chilecito. En los 90 minutos, en tiempo extra o en penales. Nadie discutiría esto. Excepto por el Club Atlético Independiente y su curiosa participación en un Torneo de Verano más de media década atrás.
En el génesis del año 2012, la clásica competición veraniega se ramificó en dos torneos diferentes, ambos tomando lugar en suelo marplatense. Por un lado, se disputó la Copa Ciudad de Mar del Plata, compuesta por RiverPlate, Estudiantes de La Plata y Racing Club. Por el otro, se desenvolvió la Copa de Oro, que aglutinó a El Rojo, Boca Juniors y San Lorenzo. Bajo las órdenes de Ramón Díaz, el 10 de enero estrenamos año empatando sin goles ante El Ciclón. Mismo resultado se repitió en el consecutivo choque que CASLA mantuvo con losXeneizes. ¿Entonces? Independiente se aseguraría campeonar si vencía a los de Julio César Falcioni en la última jornada.
El 21 de Enero, el torneo relámpago cuya existencia no se extendió más de nueve días, llegaba a su fin en el José María Minella. Boca arrancó mejor, arribado al área rojasin obtener más que una sólida performance del arquero Hilario Navarro. Independiente por su parte fue de menor a mayor. Ni uno ni otro lograría, sin embargo, concretar ventaja de cara a la conclusión del partido. ¿Acaso pasaría a ser la Copa de Oro la peor competición en la historia, con tres partidos terminados en empate sin goles? Ni ahí (?). Porque a tan solo un minuto de que el tiempo reglamentario llegara a su fin, un centro desde el costado derecho de cara al arco de Agustín Orión se dirigía sin peligro rumbo al rechazo del defensa Franco Sosa, que sin embargo disparó de mala forma el balón, haciendo que este se desvíe rumbo a la humanidad de Rolando Schiavi. La pelota rebotó en el lungo defensor sin que este pudiera hacer mucho, ingresando en la red y generando un insólito pero válido tanto para Independiente. Un gol en contra.
A las primeras horas del 22 de enero de 2012, gracias al término en trasnoche del partido, la escuadra de Avellaneda se consagró campeona de dicho torneo veraniego sin que ningún jugador de los suyos hiciera un tanto. Vale la pena decir que ninguno de los involucrados en aquel cotejo definitorio hoy forma parte del Mundo Rojo. ¿Qué fue de la vida de cada uno de ellos? Repasamos donde se encuentran en este entrañable (?) repaso del once titular que salió a la cancha en aquella jornada.
Hilario Navarro (Boca Unidos); Eduardo Tuzzio (retirado), Julián Velázquez (Cruz Azul de México), Gabriel Milito (retirado), Maxi Velázquez (próximo a irse de Lanús); Hernán Fredes (recientemente desvinculado de Defensa y Justicia), Fernando Godoy (Talleres de Córdoba), Osmar Ferreyra (Boca Unidos); Matías Defederico (sin contrato tras su paso por la Universidad Católica de Ecuador), Facundo Parra (Club Agropecuario Argentino) y Patricio Rodríguez (Newcastle Jets de Australia).