El vox populi que consumimos día tras día, asignamos el término “pollo” a una persona protegida, orientada o resguardada por un tutor o tutora de mayor envergadura e influencia. Usualmente el “pollo” es alguien más joven e inexperto, que recibe los consejos de aquella entidad para articular una mejor vivencia en un determinado espacio. La frase “¡Ese es mi pollo!” es la consagración (?) de este fenómeno.
En el universo Independiente, podemos encontrar diferentes casos de esta clase de sucesos. Aquí, desde Informe Independiente, les ofrecemos tres de ellos, para dar rienda suelta al bardo debate en la caja de comentarios.
Pedro Troglio e Ismael Sosa
El Apertura 2007 estaba a la vuelta de la esquina y el nuevo DT en funciones, Pedro Troglio, alineaba como uno de los referentes del ataque a un joven Ismael Sosa, quien había sido clave en el Sudamericano Sub-20 en el verano que pasó con el seleccionado juvenil y con aquella velada mágica de su hat-trick a Nueva Chicago aun reposando en lo mejor de sus recuerdos.
Lo cierto es que el entrenador ansiaba con recuperar el olfato goleador de Germán Denis, y percibía la compañía de Sosa como la mejor opción para componer una aguerrida dupla. En su primer cotejo bajo el ala de Troglio, mojó en la gran victoria por 5 a 3 ante Lanús en cancha de Racing.
Sosa terminó el partido con parte de su rostro vendado, causa de un fuerte choque que sufrió apenas empezado el encuentro por parte del defensa brasileño de la visita, Jadson Viera. El DT le asignó al delantero el mote de “El Caniggia Morocho”, comparando el potencial de IS con los movimientos intrépidos del padre de Charlotte (?). Ni hablar el deleite que le propició que su apuesta anotara nuevamente al partido siguiente, en la goleada por 3 a 0 ante Tigre.
Desafortunadamente, la polvora goleadora se fue aguando con el paso de las jornadas, así como los resultados cosechados por la gestión de Peter. Sus tiempos en Independiente terminaron antes de lo previsto, y la única chance de reencuentro pudo haberse dado cuando, años más tarde, el DT solicitó al hoy atacante del fútbol mexicano como un refuerzo a contratar por su Gimnasia y Esgrima La Plata.
Ramón Díaz y Nicolás Delmonte
Corría septiembre de 2011. El recién llegado Pelado Díaz se encontraba al mando de uno de sus primeros entrenamientos cuando, para conmoción de propios y extraños (?), incluyó en el primer equipo a un tapado: El pibe Nicolás Delmonte. Baluarte de La Piponetaescaso tiempo atrás y con una estadía fugaz en el Dinamo Tirana de Albania a sus espaldas, este volante central de 22 años tomó el lugar de Roberto Battión y dijo presente desde el arranque en el debut del ex River: 0-1 ante Colón en Santa Fe.
“Delmonte es un chico jóven, inteligente y es zurdo. Necesita tiempo pero tiene unas condiciones bárbaras” pregonaba el técnico venerando a su descubrimiento para el primer equipo. Lo cierto es que la sociedad mencionada estaba destinada a desvanecerse, víctima de los magros resultados cosechados por Ramón. Un año posterior a aquel primer cotejo ante el Sabalero, ni Díaz ni Delmonte continuaban formando parte de la institución.
Cristian Díaz y Diego “Ruso” Rodríguez
Hilvanado de nuestro caso anterior llega esta: A comienzos del 2012, la renuncia de Ramón le dio lugar a Cristian Díaz para hacerse con el primer equipo de Independiente. Esto implicó la salida del primer equipo de un Hilario Navarro en bajo nivel y la llegada al arco de Diego Rodríguez, arquero titular de la reserva y apuesta fuerte del DT para revitalizar al equipo. “Tiene mucho futuro” rezaba el técnico respecto al arquerito, cuyo único antecedente en la máxima categoría era haber atajado en el recordado 5 a 1 a Huracán, en la última fecha del Clausura 2011, cuando él era el cuarto en la línea de sucesión de arqueros: Las lesiones de Hilario Navarro, Fabián Assmann y Adrián Gabbarini, en efecto, le abrieron la puerta.
En sus primeras cuatro participaciones, El Ruso recibió 7 goles, un promedio de casi dos por partido: 0-2 ante Belgrano por Copa Argentina y 5-4 ante Boca, 2-0 al Pirata y 0-3 ante Colón por el torneo local, con el agregado de correr con responsabilidades en varios de aquellos tantos, especialmente en el recordado partido disputado en La Bombonera.
Amén de un regreso de Hilario al primer equipo, Rodríguez continuaría, a posterior, formando parte del primer equipo por un tiempo prolongado. Díaz, en cambio, dejaría su puesto pocos meses más tarde, con una tormenta lista para iniciarse alrededor del Libertadores de América.
El Tolo no lo tenía a Miranda? y lo volvía loco en la cancha.