La rareza de ver a un arquero marcar es una de las expresiones del fútbol más particulares para reportar. La premisa es paradójica, quien se encarga de evitar los goles, adquiere un doble valor al, ahora, hacerlos. El Mundo Independiente no es ajeno a este rol que pueden adoptar los porteros, y por eso aquí los deleitamos (?) con algunos de esos casos.
A Favor
La primer historia de un arquero goleador en El Rojo… justamente implica a un meta que no logro mojar por muy, muy poco. En un cotejo de vuelta correspondiente a la Supercopa 1992, Independiente no lograba romper el cero ante Racing y eso lo dejaba fuera de la competición. La Doble Visera casi cae rendida a los botines de Luís Islas cuando, en la última jugada del cotejo, el arquero asomó en el área rival y, cazando un rebote desde fuera del área, ejecutó un tiro fortísimo que tomó una velocidad incalculable de cara al arco rival. El ruido del travesaño aún se escucha en las inmediaciones del estadio… Media década tuvo que transcurrir para que un arquero rojo mojara.
En el Apertura 1997, Vélez Sarsfield arribó a territorio independentista con el provocador José Luís Chilavert en el arco. Faryd Mondragón, aún con la sangre en el ojo por un tanto que el paraguayo le había vitoreado en el rostro en tiempos pasados, decidió que esa noche era propicia para reivindicarse: Cuando el referí pitó pena máxima para los locales, FM se hizo cargo del balón, enviándolo a besar la red pegado al palo derecho. De cara a la parcialidad que enloqueció ante tamaña inesperada jugada, el arquero mundialista se dejó llevar por la afonía de su conquista.
El Clausura 2007 llegaba a su fin, así como también la etapa de Oscar Ustari en El Rojo. Emocionado por su despedida del club que lo vió nacer, el guardameta se hizo cargo de un penal en lo que fue la victoria por 4 a 1 ante Quilmes. Un remate suave y preciso a la derecha de Luciano Palos hizo el resto.
A comienzos del 2014, en un chivo partido a por la punta ante Banfield, Diego Ruso Rodríguez implantó en el primer equipo una cualidad que supo construir en inferiores: La buena pegada. De penal, convirtió en el Florencio Sola el que sería el primero de los goles que hilvanó en su paso por el Libertadores de América. El resultado final sería un atractivo 3-3. ¿Dato de color? Cuando pidió patear un tiro libre en el clásico de Avellaneda, para sorpresa y preocupación de toda la parcialidad local, que vió desde la tribuna como el remate de DR se
estrellaba en la barrera, diseminándose la jugada en la nada tanto para un posible ataque de El Rojo como un peligroso contrataque sin arquero académico. El final feliz –victoria con baile 3 a 0- dejó aquella jugada como una mera anécdota.
En Contra
José Luís Chilavert y Cristian Lucchetti son fieles exponentes en este asunto de anotar en portería ajena. El primero es una leyenda tanto en penales como en tiro libres, habiendo sostenido el record de arquero goleador a nivel mundial hasta ser superado por Rogerio Ceni. El Laucha se dedica únicamente a los penales, habiendo malogrado la suerte roja cuando vestía la casaca de Banfield.
Por la Copa Libertadores 1987, el uruguayo Daniel Francovig nunca pensó que un despeje desde un valla sería domado por el viento y terminaría ingresando al arco defendido por, curiosamente, Luís Islas. El primer gol de arco a arco lo hizo aquel guardameta del Deportivo Táchira de Venezuela, quien se convirtió en una celebridad por aquellos pagos tras tamaña conquista. En el verano del 2014, Sebastián Saja marcó para Racing Club en un cotejo correspondiente al torneo de verano. Otro arquero goleador –El Ruso- fue quien padeció al ex San Lorenzo.
Por último, corría el Apertura 2009 cuando un Independiente esquivo de resultados visitó a Rosario Central en el Gigante de Arroyito. La derrota por 0-2 estuvo condimentada por el tanto que el arquero local, Jorge Broun, anotó ante el descreimiento de Adrián Gabbarini.